miércoles, 5 de septiembre de 2007

Bohemia(II)

Estoy en un banco en la cafetería del Deutsches Theater. Es el banco más alejado de la gente y lo comparto con una mujer de aspecto descuidado. Todo brilla y reluce menos nuestro banco. Es el banco de los marginados, de los que no quieren consumir sino sólo esperar a que sea la hora. No me importa, me siento a gusto entre gente que mira al infinito como la mujer, que pasa su mirada sin que los objetos y las personas se den cuenta. Es la mirada de personas con historias enterradas en el vacío, arrinconadas por la masa hacia los no-espacios. En los no-espacios no se habla, no hace falta. Uno se limita a preparar su entrada al espacio, en donde todo entra en fricción con ruido de cristales rotos,la gente te mira, les devuelves la mirada y se construye un nuevo cristal.

Saco "Tala" en alemán. Estoy en el capítulo de los cadáveres artísticos. Me río. Espero a Charlo, dramaturgo coreano-ciudadano del mundo(abstenerse pensamientos que comparen "Ciudadano del mundo" con Manu Chao). Todo es raro. Llega Charlo, leemos el poema de "Liebe" y el folleto. Le explico un poco de que trata la novela de Jakob von Gunten. No importa la trama, sólo que Jakob quiere convertirse en un cero a la izquierda en la vida, alguien que en su insignifancia no cuente, un intento desesperado de no romper más el cristal, de no ser siendo.

Ya no veo a la mujer. Le habrán construido un nuevo cristal. Pienso que hay una relación directamente proporcional entre la edad y la rapidez de construcción de un nuevo cristal. Charlo me despierta a base de surrealismo. Sin darme cuenta le he tirado unos deberes que me quería enseñar, los he recogido del suelo y se los he devuelto con una disculpa. Él me tira los míos. Me quedo sorprendido, le oigo murmurar: " Tú me has tirado lo mío..." La carcajada sale sola. Es hora de entrar...

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