miércoles, 27 de octubre de 2010

Espera









Rozas la campana que separa el sonido de tus sueños y palpas la sábana que te ofrece sudor por vida. Y esperas. Tus miembros en tensión forman un bloque del que ya nada se escapa, y el silencio se hace lenguaje, sobrevuela tu cuerpo y se concentra en tu respiración rebelde. Aire sobre llama. Los dos se desvanecen.

martes, 26 de octubre de 2010

Vida y miedo

















Vida. La música callada de una luz que se apaga e intenta morir en compañía. Miedo. Es el miedo lo que nos inmoviliza: nos aturde el silencio de mirar fijamente a un sitio y no llorar. Niños muertos en bañeras secas. Siempre hemos sido eso. Muertos de tanto escuchar la música del miedo.

martes, 5 de octubre de 2010

Muerte de un buitre

















Apareciste al fondo del camino y todo volvió a nacer contigo. Llevabas tu alma de hombre derrotado y la arrastrabas como un fardo a través del polvo, sin importarte nada ni nadie. Estabas tan solo que parecías el único hombre del mundo, y tus huellas caían ligeras, suaves, apuntando tu presencia. Te seguí durante más tiempo del que recuerdo, concentrado en el espacio que ibas dejando, y que yo recogía hasta volverte a colocar allí, en un recuerdo futuro.

Me fui quedando ciego. No me importaba. Sabía que si no fijaba la vista en ti, si mis pupilas no temblaban del esfuerzo al intentar enfocarte para siempre, no recordaría nada. Los buitres nunca recuerdan nada. El esfuerzo había merecido la pena. Ya era ciego, pero en mi interior, agrupado bajo un confuso manto de colores aparecías tú, casi parado al pie de la loma, encorvado y sin saber qué hacer con los brazos, buscando algo que ya no sabías lo que era, algo más antiguo que el desierto y tu vieja alma.

Desde que me quedé ciego comprendí que hablábamos el mismo lenguaje, que tú también has nacido para vivir con los muertos y no con los vivos. Tu naturaleza igual a la mía era mi brújula a través de un desierto inmaculado. Llegó un momento en el que no te sentí. Al principio pensé que el dolor intenso que laceraba mis ojos y que me había perseguido desde que me quedé ciego se había agudizado y había afectado a mis otros sentidos. Pero no, allí estaban tus huesudas manos aferrándose a mi cuello, resbalando entre sudor, carne y odio. Odio. Durante un tiempo no pude sentir nada a pesar de que seguía oyendo cómo intentabas que mi cuello crujiera y emitiese el chasquido final.

Estaba paralizado, notaba cómo tus palpitantes manos gritaban la palabra odio a través de mi cuerpo y el desierto mudo miraba para otro lado.

Tuve que reaccionar. Revolviéndome empecé a picotear alrededor encontrando arena y carne, abriendo heridas para intentar cerrar las mías. Logré zafarme de ti que caíste al suelo rígido de dolor.
No nos movimos durante días. Le puse tu recuerdo a mi ceguera.
Las pisadas de un hombre nos sacaron del letargo. Cuando llegó a nuestra posición habló un tiempo contigo.
Dejé vagar mi mirada ciega entre los sonidos.

Nuevas pisadas se llevaron al hombre. No me quedaba mucho tiempo antes de morir a manos de un extraño. En el timbre de tu voz detecté mentira. No importa ya. No has entendido nada. Tu naturaleza funde la vida a través de la muerte y no al revés. Como la mía. Concentrado en el punto rojo que debía ser tu cabeza tomé impulso. Me lancé e incrusté mi pico en tu boca.

No concibo una muerte más hermosa. No para un buitre.

lunes, 8 de marzo de 2010

Gischt












Heute habe ich Jose angerufen. Kein Antwort. Vor zwei Tage habe ich Jose ein e-mail geschrieben. Kein Antwort auch. Keine Nachrichten von einem anderen Freund: Charlo.

Die Leute leben in verschiedenen Zeiten. Diese Zeiten sind wie Wellen. Jede Welle besorgt nur für ihre selbst und warte auf den Tod zu kommen. Das sind Wellen mit Türe: durchsichtige Türe aber du kannst selten in sie eintreten.
Ätherische Türe, manchmal eintritst du in unrightige Orte weil es kein Türklopfer gibt!! So sind die Menschen, wie unsichtbare Wellen die Dunkelheit suchen um von den anderen Menschen zu verstecken. Egal dass jede Welle ihre Weg mit anderen mitteilt. SchlieBlich gibt es nur Gischt. Gischt der Augenblicke. Wir haben immer geglaubt an Blödsinne wie: Das Leben ist wie die Wellen in einer ewige Strömung... und wir haben vergessen dass das Leben ist!!

Ich möchte zu mir schreien: es gibt nichts!! aber ich weiss schon dass noch das Echo Dasein besitzt. Überstehen bedeutet nichts wenn du Gischt bist. Jeden Augenblicke bemerkst du die Kontakt mit dem Fels, die Erosion mit deiner empfindlichen Haut tut weh und alle dein Schmerz ist vergebens... da der See ungeheuerlich ist.